Por qué recopila inventos?
Porque me atrae conocer el origen de las cosas.
¿De todos los inventos se sabe todo?
Sobre algunos hay controversia. El Donut, por ejemplo: ¿nació con agujero o sin agujero?
¿No sabemos eso?
Es un pastelito de origen holandés, y una teoría sostiene que un marino norteamericano que opinaba que el centro quedaba muy crudo ¡lo horadó con un salero de latón del barco, de un golpe! Otra teoría afirma que siempre hubo donuts con y sin agujero.
¿Qué invento del siglo XX es el más importante?
La píldora anticonceptiva. Separó sexo y reproducción: dar a la mujer control sobre su cuerpo conlleva formidables cambios sociales. No hay invento con mayor influencia.
¿Cómo se inventó?
Margaret Sanger era una joven cuya madre, tras dieciocho embarazos y once partos, murió a los 40 años. Margaret, traumatizada, se hizo enfermera y fundó la Liga Nacional para el Control de Natalidad.
No me extraña...
En 1917 se conjuró con Katharine McCormick, una millonaria sufragista, para lograr un método anticonceptivo eficaz. Financiaron al biólogo hormonal Gregory Pincus, que lo logró en 1960.
¿Cuál es el invento más popular?
La bombilla eléctrica incandescente. Fue el invento que más le costó a Edison: por eso dijo que "el genio es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración".
Ahora desaparece, para ahorrar, sustituida por la bombilla de bajo consumo...
La bombilla incandescente habrá durado 130 años. Ojalá la nueva llegue a dar una luz tan cálida como la bombilla de siempre.
¿Cuál es su invento favorito?
La pinza para tender ropa. El imperdible. La cremallera. La percha. El clip. ¡Los más sencillos, aparentemente!
¿A quién debemos la pinza de tender?
Es una de las más altas muestras del ingenio humano. Dos piezas de madera unidas con un muelle: se abre con la simple presión de dos dedos. Fue patentada en 1853 por David Smith, un ciudadano de Springfield.
¿Y el imperdible?
Su autor fue Walter Hunt, pequeño inventor neoyorquino que no sacaba rendimiento económico a sus inventos: ¡de hecho, inventó el imperdible para pagar una deuda!
¿Cómo fue la cosa?
Debía quince dólares a un amigo y pactó que le pagaría con un invento que le costase tres horas: tras tres horas retorciendo un alambre, obtuvo el imperdible. ¡Su amigo ganaba pronto más de un millón de dólares!
Pobre Hunt...
Amí me cae bien Elias Howe, mecánico de Massachusetts que a mediados del siglo XIX inventó la máquina de coser... ¡y no quiso desarrollarla para no perjudicar a los sastres! Luego la expandió Singer. Howe inventaría también la cremallera.
¿Qué sabemos de la percha?
El empleado de una fábrica de alambre, harto de encontrar siempre los colgadores de pared llenos, una mañana de 1903 tomó del suelo un trozo de alambre y lo dobló por los extremos, juntándolo en el centro en forma de gancho, y ahí colgó su abrigo: ¡la primera percha de alambre! Pronto otros compañeros le imitaban.
Este sí se haría rico.
Tampoco: por ser empleado, su empresa se quedó con todos los derechos. Otro invento hijo de un enfado fue el pañal de un uso.
Cuente.
La joven madre norteamericana Marion O´Brien, harta de lavar cada día los pañales de tela de sus hijos, arrancó en un golpe de genio la cortina del baño y con ella impermeabilizó los pañales. Lo patentó en 1951.
Luego el niño crece y va al váter: ¿quién lo inventó?
Los ingleses: en 1596, sir John Harrington ofreció a la reina Isabel I un sistema con agua corriente, pero la reina lo rechazó por ruidoso. Se popularizó, mejorado, a mediados del siglo XIX, con el complemento del papel higiénico.
¿También tuvo su inventor?
El primer papel de váter data de 1391, de uso exclusivo del emperador chino: hojas de papel de 5 x 7,5 centímetros. En 1871, Zeth Wheeler patentaría el papel higiénico en rollo continuo, perforado para ser cortado en hojas.
Un gran salto para la humanidad.
No para toda: el mundo musulmán sigue usando agua con la mano izquierda. Lo que es, desde luego, más sostenible.
¿Qué invento ha sido resultado de la tenacidad de toda una vida?
El lavavajillas. Se lo debemos a una señora rica, Josephine Cochrane: harta de que los criados le rompiesen la vajilla de porcelana, decidió lavarla ella misma. Pero, cansada de lavar, se empeñó en inventar una máquina que lo hiciese. Al quedar viuda, invirtió toda su vida y su fortuna, hasta patentar el primer lavavajillas, en 1893. Lo fabricó y promocionó hasta su muerte, en 1913.
Veo que las mujeres inventan bastante.
Sí. El sujetador, por ejemplo: Mary Phelps Jacobs, mujer de la alta sociedad neoyorquina, quiso lucir un vestido escotado en una fiesta, y para evitar que se le viese el corsé, anudó dos pañuelos de seda y les cosió unos tirantes rosa. Fue la sensación de esa fiesta, también de una noche de 1913.
No reparamos en ellos: son muchos los pequeños inventos sin los que nuestra vida cotidiana sería más incómoda. Fascinado por ingenios tan modestos como imprescindibles, Ròmul Brotons homenajea a sus creadores reuniendo sus historias en el libro El triomf de la imaginació (Albertí), compilación de 60 inventos "que han cambiado el mundo (o casi)", como dice Brotons en el subtítulo. Te hace mirar con más admiración y gratitud el humilde clip, la cafetera, la aspiradora, la tostadora y el minipimer, la tirita, el chicle, la aspirina y la pajita, el horno microondas y las galletas María, la máquina de afeitar, las latas y el Tupperware... Seguro que alguien, ahora mismo, está inventando algo.
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